Posicionamiento público sobre los subsidios a la
energía
Red por la Transición Energética
Julio
de 2012
La Red por la
Transición Energética es un grupo diverso, independiente y plural de
organizaciones e individuos preocupados por la situación actual y los efectos
económicos, sociales y ambientales de la producción, transformación y uso final
de la energía en México, que analiza y colabora para proponer los cambios que
considera pertinentes en las políticas públicas relacionadas.
Una de las
preocupaciones centrales de la Red es el enorme efecto negativo que tiene el
actual esquema de subsidios a diversos energéticos en el desarrollo de
alternativas a los combustibles fósiles, su impacto ambiental, climático y en
el uso irracional de recursos no renovables. El modelo es además regresivo,
socialmente inequitativo y claramente ineficaz como instrumento de apoyo a la
economía de la población más necesitada. Como resultado de reuniones de
intercambio de opiniones diversas y de la realización de un foro público, la
Red concuerda en lo que se anota a continuación.
De acuerdo con
declaraciones públicas de funcionarios de la Secretaría de Energía, el monto
actual de recursos que tiene que aportar el Gobierno Federal anualmente para
cubrir lo que dejan de pagar los usuarios de gasolina, diesel, electricidad y
gas L.P. es cercano a los 300 mil millones de pesos,[1] cantidad desproporcionada
que propicia conductas en nuestra sociedad poco congruentes con la
sustentabilidad y genera distorsiones importantes en la economía.
El costo que el
país paga por este distorsionado esquema fiscal es elevado: con los 300 mil
millones de pesos anuales se podría cubrir cuatro veces el monto de apoyo
directo a los pobres a través del programa “Oportunidades”; dos veces y media
los recursos conjuntos destinados a los programas “Oportunidades”, Seguro
Popular y Programa “70 y Más”; o bien, cubrir 7.5 veces el monto presupuestado
para Educación Superior.[2]
Asimismo y
contrario a lo que amplios sectores en el país piensan, el ejercicio de estos
fondos públicos no beneficia directamente a los sectores económicamente más
necesitados de la sociedad: mientras que una familia en el decil de ingreso más
alto recibió (como descuento en su factura energética) 9 mil pesos en un año,
una familia en el decil de ingreso más bajo recibió nueve veces menos (mil
pesos en un año).[3]
Igualmente, el procurar hacer
llegar recursos a los ciudadanos más pobres por medio del esquema actual de
subsidios a los energéticos es altamente ineficaz y muy caro: cada peso
transferido a los pobres vía subsidios a la energía cuesta al Estado 24 pesos,
mientras que a través del programa Oportunidades cuesta 1.8 pesos.[4]
En pocas palabras, el costo inmediato y certero de los subsidios a la
energía es su “costo de oportunidad social”: mientras alienta el consumo de
energía (en forma, principalmente, de combustibles fósiles), deja de atender a
los más pobres.[5] De esta manera, el
esquema de subsidios no solo es desfavorable para los más pobres, sino que
también se vuelve una barrera clara y evidente a que la población opte por
alternativas de mayor eficiencia energética y/o que aprovechan las energías
renovables.
Así, con un costo artificialmente bajo de los energéticos convencionales
y sin mecanismos de apoyo económico -similar a los países que avanzan
rápidamente en su adopción-, las alternativas que ya están en el mercado no son
atractivas para la gran mayoría de la población. Esto pone un freno
-momentáneo- a un mercado de productos y servicios que podría, adicionalmente,
generar cientos de miles de empleos en México.
Cálculos sencillos indican el enorme alcance que podrían tener los 300
mil millones de pesos -actualmente dirigidos a cubrir el consumo de energía de
fuentes fósiles- si se aplicaran a alternativas de ahorro de energía y de
aprovechamiento de las energías renovables:
·
Aplicar aislamiento térmico a todas las viviendas ubicadas en regiones
de clima cálido (12 millones de viviendas) para bajar el consumo en aire
acondicionado.[7]
·
Dotar a 5 millones de hogares (20% de la población) con electricidad
solar a partir de sistemas fotovoltaicos.[8]
·
Comprar
suficientes autobuses tipo Metrobús para transportar simultáneamente a 13
millones de personas.[9]
·
Instalar 15,000 MW de capacidad de generación con energía eólica para
producir el 15% de la generación eléctrica anual de México.[10]
Continuar con
este régimen de gasto público alimenta -entre la población y personas tomadoras
de decisiones- la equivocada percepción de que los recursos energéticos de
México son inagotables, particularmente el petróleo; amplía las inequidades en
la distribución del ingreso; distorsiona las iniciativas para una reducción
efectiva y sustantiva de la persistente pobreza en el país; desdibuja los
impactos ambientales que resultan de su explotación y aprovechamiento; y
desperdicia recursos que podría ser utilizados para reducir nuestra alta
dependencia en combustibles finitos y contaminantes, entre otros.
Por todo lo anterior, la Red por la Transición
Energética convoca a los actores políticos, económicos y sociales de México a:
·
Que se modifique el régimen de
definición de precios de los energéticos para que estos reflejen su costo de
producción (electricidad) y su costo de oportunidad (para los energéticos que
pueden ser comerciados en el mercado internacional).
·
Que parte los recursos
económicos adicionales que se obtengan por medio de la reducción de los
subsidios a las tarifas eléctricas y de una paulatina eliminación de los
subsidios a combustibles fósiles (gasolina y diesel) se reorienten para atender
las prioridades más apremiantes de las comunidades más pobres del país por vías
directas y eficientes, como pueden ser las
transferencias universales efectivas, por estratos sociales, por programas
específicos y/o por medio de la medición de
la pobreza por localidades. Es importante considerar
mecanismos compensatorios de corto plazo en caso de un impacto negativo directo
a la población más pobre, paralelo a la eliminación de combustibles fósiles.
·
Que una parte significativa de
estos recursos adicionales se utilice para la inversión y el aprovechamiento de
las energías renovables y se apoye a cabalidad la gran variedad de acciones que
permitan mejorar la eficiencia en los usos finales de la energía.
·
Que el ejercicio de estos
recursos sea transparente y a través de instituciones profesionalizadas, que
permitan la mayor eficiencia, efectividad y una adecuada rendición de cuentas.
·
Que, cuando se comuniquen
ajustes a los precios de los energéticos hacia su costo real, se explique
también su impacto positivo en cuanto a reducción de la desigualdad en su
distribución y en sus efectos relacionados con el cambio climático, medio
ambiente y conservación de recursos no renovables.
Las y los participantes de la Red por la Transición Energética
seguiremos con atención las opiniones y acciones de los actores políticos.
Además, les haremos llegar nuestras perspectivas sobre la importancia del
cambio del régimen de subsidios, las alternativas para un aprovechamiento más
eficiente y justo y los mecanismos para lograrlo.
Organizaciones
- Asociación de
Empresas para el Ahorro de Energía en la Edificación (AEAEE)
- Asociación Nacional
de Energía Solar (ANES)
- Centro de
Transporte Sustentable Embarq Mexico
- Centro Mexicano de
Derecho Ambiental (CEMDA)
- ENTE SC
- Fundación Heinrich
Boell - México
- GreenMomentum/Impulso
Verde.
- Greenpeace México
- Instituto de
Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP)
- Inteligencia
Pública
Individuos
- Alejandro Arias
Bustamante
- Alejandro Lorea
Hernández
- Alín Moncada
- Antonio de la
Cuesta
- Carlos Muñoz Piña
- Cuauhtémoc León
- David Morillón
- David Shields
- Eduardo Zenteno
- Enrique García
Corona
- Ernestina Torres
Reyes
- Eva Hirata Nagasako
- Franco González
- Gabriel Quadri
- Jenny Tardan Waltz
- Jorge Villarreal
- Leticia Susana
Cruickshank
- Lourdes Melgar
- Mariana Silva
Paredes
- Miguel Ángel
Cervantes
- Pablo Cuevas
- Rafael Carmona
- Roberto Capuano
- Rodrigo Gallegos
- Sandra Guzmán
- Tania Mijares
- Vanessa
Pérez-Cirera
- Vicente
Estrada-Cajigal
[1] De acuerdo a datos de la SHCP, PEMEX y la CFE. Dato
contabilizado por Grupo Reforma. La nota puede consultarse en: http://www.negociosreforma.com/aplicaciones/articulo/default.aspx?id=58661&v=3
[2] Presupuesto de Egresos de la Federación 2012. http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/pdf/PEF_2012.pdf
[3] Tomado de: ¿Quién se beneficia de los subsidios
energéticos en México? http://www.cide.edu/cuadernos_debate/Subsidios_energeticos_J_Scott.pdf
[4] Tomado de: ¿Quién se beneficia de los subsidios
energéticos en México? http://www.cide.edu/cuadernos_debate/Subsidios_energeticos_J_Scott.pdf
[5] Tomado de: ¿Quién se beneficia de los subsidios
energéticos en México? http://www.cide.edu/cuadernos_debate/Subsidios_energeticos_J_Scott.pdf
[8] Supone 25 millones de hogares a un costo promedio de 60
mil pesos por hogar (sistema conectado a la red sin baterías)
[9] Supone 5.4 millones de pesos por autobús para 240
pasajeros http://www.eluniversal.com.mx/notas/544389.html.
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